Cómo usar la energía de tus manos para tu bienestar

¿Alguna vez has sentido dolor en alguna parte de tu cuerpo y, de manera instintiva, has colocado tu mano sobre la zona afectada? Curiosamente, esto suele generar una sensación de calma momentánea. Pero ¿qué pasaría si te dijera que este acto natural es más poderoso de lo que crees? Hoy exploraremos el poder de la imposición de manos y cómo puedes utilizar esta técnica para mejorar tu bienestar.

Nuestro cuerpo es energía en constante movimiento. Cuando alguna parte de él sufre una alteración, lo percibimos a través del dolor o la incomodidad. Esto indica que las células de esa área no están funcionando correctamente. La imposición de manos es una forma de dirigir energía sanadora hacia esas zonas afectadas.

Las manos tienen calor, vida y energía propia. Al colocarlas sobre una parte del cuerpo con la intención de sanar, transmitimos una vibración que puede aliviar el malestar. Es el mismo principio que ocurre con las terapias energéticas como el Reiki.

La energía sanadora actúa como la luz en la oscuridad. Si consideramos el dolor como «oscuridad», la energía positiva de nuestras manos puede disiparlo progresivamente. Cuanto más consciente seas de este proceso y más lo practiques, mayores beneficios podrás experimentar.

Si tienes alguna molestia, realiza el siguiente ejercicio:

  • Coloca tu mano sobre la zona afectada.
  • Mentalmente, imagina que envías luz y energía sanadora a ese punto.
  • Mantente relajado y respira profundamente.

Haz esto durante varios minutos y repite la práctica varias veces al día.

Si lo haces con regularidad, podrás notar cómo el dolor disminuye gradualmente. Incluso puedes aplicar esta técnica mientras ves televisión, descansas o antes de dormir. Para dolores menstruales, por ejemplo, colocar las manos sobre el abdomen mientras se visualiza luz puede ser muy beneficioso.

Si las molestias persisten, no dudes en consultar a un profesional de la salud.

La imposición de manos es una herramienta natural y accesible que todos podemos usar. No se trata de magia, sino de comprender que nuestro cuerpo responde a la energía que le proporcionamos. Si añades pensamientos positivos y una intención genuina de sanar, los resultados pueden sorprenderte.

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